Este fin aprendí, recordé, me di cuenta:
- A veces me exijo demasiado y eso puede alejarme de la experiencia.
- Puedo llegar a exigirle demasiado a los demás y no todos aguantan la misma presión.
- Las cosas, aunque no sean perfectas pueden ser buenas.
- Por preocuparme por el todo, puedo perder el gusto en los detalles.
- En un equipo, me es mas fácil ver los errores que los aciertos y tiendo a no reconocer los aciertos.
- Es fácil generalizar cuando las cosas no salen bien. Descuido las cosas se salen bien y a la gente involucrada.
- Se vale pedir ayuda y al abrirme y hacerlo, descubro mucho de mi y me acerco a los demás.
- Hay muchas formas de abordar las diferencias, encontré una nueva en donde me siento más abierta, más espontánea, más abierta.
- Si no estoy atenta el enojo me genera culpa, si estoy atenta puedo enojarme y no negar esa parte de mi, enojarme sin perderme en el enojo, enojarme y construir con el, enojarme y aceptarme.
Seguramente saldrán más cosas y ya las estaré escribiendo, por lo pronto me siento...sensible...
1 comentario:
La sensibilidad nos permite reflexionar y la reflexión aprender. No es fácil, pero es delicioso darse cuenta, ¿no?
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